-Entonces… ¿un río no es un cauce de agua?
-Puede serlo… si lleva agua. Todos hemos caminado por cauces secos y los llamamos ríos.
-Te refieres a formas… conceptos que usamos sin comprender realmente su significado.
-Algo así. Como cuando hablas del silencio entre notas, siendo igual de importantes.
-O el vacío que lo inunda todo.
-O la taza de té zen que se desborda con la siguiente gota.
—Volviendo al río, lo vemos en presente, aunque sabemos que el agua que está pasando en este momento…
-…no es la misma que la que había hace un rato.
-¿Y cuál sería la esencia del río? ¿Su cauce, su agua?
-Difícil saberlo es, parafraseando a Yoda. Nuestra mente sólo ve partes, como en la famosa moraleja del elefante.
-Luego lo mejor es no pensarlo.
-Quizás contemplarlo, aprehenderlo.
-Y eso sin tener en cuenta que nosotros mismos somos distintos cada vez que miramos al río.
-Si conseguimos acordarnos de que somos otros.
-El río es el tiempo, el río es el tiempo, es forma en tierra, es tierra húmeda.
-No olvides el sonido. La vibración del río.
-Si es que no es la vibración del agua.
-Un nuevo engaño de la mente.
-Una forma de ilusión, más que un engaño. Un acertijo.
-El agua fluye, el tiempo fluye.
-Como la mente… si la dejamos.
-O el sonido al reverberar.
-Ecos…